7/1/11

LA MEJOR DE TODAS


El domingo 30 de agosto de 2010 se instaló el monumento a Mafalda en Chile y Defensa, barrio de San Telmo. Qué emoción…hace más 30 años que adoro a este personaje. Todo comenzó en tercer grado, cuando un compañero la leía en clase a escondidas y no podía parar de reír. Así fue como empecé a pedir los libritos en casa, porque yo quería reír como él. Recuerdo que en ese momento las habían sacado de la venta, no se conseguían, cosa que no era de extrañar en aquella época. Pero yo insistí y rompí tanto los quinotos que mi padre a través de un amigo, que vendía libros usados, me los fue trayendo de a poco. Alrededor de 1979 se levantó la prohibición y aparecieron en los kioscos los libritos de ediciones de la Flor. Ahí fue cuando pude completar mi colección. A pesar que no entendía nada de los chinos o Vietnam, Mafalda me atrapó. Leí cada librito miles de veces y nunca me cansé, así como mi hija mira sus pelis favoritas una y otra vez. Tenía los chistes grabados en la memoria como si tuviera un casete, y siempre que podía los incorporaba en alguna conversación… A veces imaginaba que me metía dentro de las tiras. Esas que mostraban la plaza, la escuela, el edificio de departamentos donde ella vivía y el viejo almacén de Manolito. Hace poco recorrí su barrio y de alguna manera mi sueño se convirtió en realidad. Ahora con mi hija planeamos hacer un tour por el lugar para que ella pueda sacar sus primeras fotos con mi vieja cámara que se convirtió en su nueva adquisición.
Mis chistes preferidos eran los de la playa donde conoció a Miguelito y Libertad y siempre recibía con alegría la llegada de un nuevo personaje. A pesar de que yo crecí y ella se mantuvo siempre niña, estos libritos se trasladaron conmigo en las vacaciones y en todas mis mudanzas. Ahora los leo con mi hija y supongo que las seguiré leyendo mientras esté lúcida. Y nunca faltan estos chistes en mis publicaciones del caralibro. Ya debo tener a todos podridos con este personaje, como cuando era chica. Aunque quién se le resiste, eh?
Hace unos meses, mi mamá encontró en su casa mi vieja muñeca Mafalda de Rayito de Sol. Yo que la creía perdida, ya estaba lista para comprarla en uno de esos locales que venden muñecos de colección. Pero por suerte la tengo de vuelta en mi casa y bien vigilada para que mi hija no se la apropie (por ahora), aunque se que en el futuro va a ser uno de los tesoros más preciados que le voy a heredar.
Sería injusto no nombrar a su autor Joaquín Salvador Lavado alias Quino por la originalidad y la magia de esta tira…tan nuestra…esa que recupera una parte de nosotros…esa que agradecemos encontrar en otro idioma, en algún lugar, lejos de casa. Gracias por compartirla con todos… y dejar que la sienta tan mía. Mafalda la niña sabia, la mejor de todas.

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