20/12/10

JO JO JO

La nochebuena me provoca el mismo efecto que el día domingo. Si, siempre me produce cierta languidez y no sabría explicar la causa. Igualmente durante estos últimos años el ánimo festivo de mi hija, su entusiasmo y su ilusión contrarrestan la melancolía que me invade en esta fechas. Con el año nuevo no me ocurre lo mismo, porque algo se renueva. Si el año fue malo, en el brindis uno siente cierto alivio y dice por lo bajo que se vaya este año de mierda. En cambio si fue un buen año uno lo despide con alegría y desea que se repita.

En esta sección paso a enumerarles las cosas que me irritan de la Nochebuena y la Navidad.

Del 24/12 me molestan:

Los pesebres, siempre me deprimieron los de yeso, los de madera y los vivientes. Tanta solemnidad pesebreril ¿por qué no se ríen o lloran un poco? ... acaba de nacer EL niño.
La fruta abrillantada que me obliga a escarbar dentro de la porción de pan dulce para sacarlas.
El menú abarrotado de mayonesa que junto con el calor invitan a la Salmonella a formar parte del festín, y agarrate el 25.
Las colas en la juguetería y las compras de último momento.
El calor.
Los ebrios al volante y los que se suben al colectivo lleno y te soplan el aliento etílico en la peluca.
Que nunca sé cuando me tengo que poner la vedetina rosa, si el 24 o el 31.
Que no se haya patentado el traje veraniego de Papá Noel y los pobres cristianos que tienen que sudar la gota gorda para sobrellevar la changa navideña.
Las películas que pasan por la TV, la de mi Pobre Angelito es infaltable, y esas de papá noel llenas de nenitas mimosonas … Hay que bancarlas con hidalguía como toda madre.
La ansiedad de los párvulos en la celebración, que no prueban bocado y no dejan de preguntar cuando llega San Nicolás… ¡A ver si se adelanta unas horitas el aterrizaje del gordo que ya no los soporrrrto!
Los carteles de Merry Christmas mal escritos. ¿Por qué no ponen Feliz Navidad y problema solucionado?
Las ausencias.
Los que se matan por esquivar el corcho de la sidra o el champagne.
Las mascotas desesperadas por la pirotecnia.
Los que se acuerdan del odontólogo después de haberle entrado mal a las frutas secas, el turrón de pasta dura o las garrapiñadas.
Los besos y abrazos a las 00 horas y los pases de factura familiares a las 2 de la mañana.“Y que tal si salimos todos a bailar, todos a bailar” (nunca falta el que pone paños fríos).
Los globitos esos que se encienden, que de 5 te funcionan dos y caen en llamas sobre los techos vecinos. Cruza los dedos.

Sigo con el 25/12

Navidad, llegó la navidad…
Se intensifica el ánimo dominguero, las calles desiertas como en el pueblito abandonado del Farwest.
El silencio es interrumpido por algún vecino que insiste en tirar petardos.
La trasnoche, los ojos hinchados, el hacha que atraviesa el cráneo y la flatulencia que provoca el pan dulce. Combinación letal.
El hecho de reunirse nuevamente para seguir comiendo todo lo que sobró con los anteojos negros puestos, obvio.
Que la actividad más compleja e importante del día sea hacer la digestión.
El calor que no se va y quién me mandó a colgar esas botas de lana.
Las estadísticas del quemado, Lagleyze y el Santa Lucía y el desfile de personas con parches oculares y muñones vendados en crónica TV. También Infaltables. Y estos últimos años se sumaron los controles de alcoholemia televisados en canal 26 y a reírse de la borrachera ajena que todavía quedan 7 horas para hacer la digestión.

Y bueno habrá que pasarlo, una vez más, otro año más. Les deseo Felices Fiestas a todos mis lectores y muchos jojojo. Y no se preocupen por mí que ya me acostumbré a sobrellevarlas. Una mártir navideña, sep.

3/12/10

LA HIJA DEL DOCTOR

Cuando nací mi padre ya ejercía su profesión de médico y vivíamos en una casa adonde había instalado su consultorio. Este se conectaba a través de una puerta con la cocina, mientras que la sala de espera limitaba con el comedor y el dormitorio donde dormíamos mi hermana y yo. Debe haber sido por esto que contrajimos todas las eruptivas. Cuando mi padre no estaba nos gustaba jugar en la sala de espera y nos fascinaba revisar los cajones, las latas con algodón y prender y apagar el megatoscopio de aquel consultorio. También teníamos bien identificados a los maletines y cajones con llaves, que no debíamos tocar.
Mi padre atendía de lunes a viernes por la tarde, así que el sonido del timbre de aquella vivienda fue una melodía frecuente en mi infancia. Entre los miembros de la familia debíamos respetar ciertos códigos, el toc toc en la puerta de la cocina significaba que nos estábamos zarpando con el griterío. La sala de espera llena era un motivo de diversión, sobre todo en las aburridas tardes de verano. A mi hermana y a mí nos gustaba abrir y cerrar la puerta de esa sala rápidamente para que los pacientes no vieran quiénes los espiaban, al menos nosotras creíamos que no nos veían, y a veces nos peleábamos por mirar por el agujerito de la cerradura, y de tanto empujón la puerta se abría de golpe y alguna de las dos aterrizaba en la sala. Algunas tardes me iba a charlar con la gente y hasta me hice algunos amigos allí.
En el barrio todos nos conocían como las hijas del Doctor y esto nos traía ciertas ventajas. Por ejemplo la señora del kiosco de la esquina nos dejaba pasar las tardes en su local, donde revolvíamos todos los estantes del lugar, mientras preguntábamos el precio de cada cosa. Además con gran disimulo hurtábamos los chicles Belfort de la caja de la vidriera (aunque la pelota gomosa que se formaba en nuestra boca era inocultable). Un día la señora riendo le confesó a mi padre que ella se daba cuenta de la cantidad de chicles de Cañito y Firulete que le faltaban al finalizar el día.
Como todos los hijos de médico de aquella época batimos récords de asistencia a bautismos, cumpleaños de 15 y casamientos y mi padre estableció el record Guiness bailando el vals. Incluso en una de estas celebraciones se enredó en el vestido de la novia y la dupla novia-doc terminó estrellada contra el piso. Gracias a todas estas fiestas armamos una gran colección de tarjetas de invitación y souvenirs de todos los colores.
Mi padre trabajaba mucho, tenía una gran vocación de servicio, y solía verlo en las horas del almuerzo, la cena y cuando me llevaba o iba a buscar al colegio. La mayoría de los fines de semana los pasaba en casa, aunque los domingos también salía a hacer domicilios. Siempre andaba de un lado al otro con su auto destartalado de tanto recorrido. A veces éramos las últimas en ser retiradas del colegio y en aquella época ningún docente se quedaba esperando al padre que llegaba tarde, directamente cerraban la puerta y te dejaban en la calle.
Era un hombre muy preocupado en cumplir con su función de padre y en mostrarnos el camino a seguir (típico de aquella generación). Para el un traspiés podía significar el camino ineludible hacia una vida plagada de fracasos. Las manifestaciones de afecto eran indirectas, nos compraba un libro o nos dejaba algún texto escrito a mano en una hoja de recetario que copiaba de sus libros, aunque no era muy solemne que digamos.
Cuando empecé a estudiar medicina experimentó un DEJA VU intenso. Cada prueba que tenía que rendir la vivía como una experiencia propia, así que además de soportar mis nervios tuve que sobrellevar los agregados. El día de mi examen final cambió sus horarios para estar allí. Cuando salí del aula recién recibida le dije con tono áspero:”Viste terminé ¿estás contento?” El me abrazó y creo que se agarró de mí para no desmoronarse de la emoción.
Ya se cumplieron 15 años de la partida inesperada del viejo. Muchos de sus pacientes se sintieron bastante perdidos a la hora de encontrar otro médico. Durante dos años el teléfono siguió sonando con gente que que llamaba preguntando por él , ya que desconocían lo que había ocurrido. Mientras tanto mi hermana y yo elaborábamos el duelo del padre que se fue de manera repentina, dejando olvidada su maleta llena de aciertos y errores.
Durante años soñé que su deceso había sido una equivocación, que lo encontraba vivo en la calle o en el hospital o que sus amigos médicos habían encontrado la manera de traerlo de vuelta a la vida. La última vez que apareció en mis sueños estaba parado en una esquina, su cara se veía alegre y radiante y al darse cuenta que lo miraba me hizo un gesto para indicarme que todo estaba bien y me saludó con la mano. A partir de ese día no volví a soñar con él, creo que de una vez por todas lo dejé ir. Con el se fue una parte mía que fue reemplazada por una pieza más real y definitiva, que terminó de completar a la mujer del presente. Seguramente algunos me recordarán como la hija del Doctor, otros como la doctora, aunque la que cuenta esta historia es la hija de Norberto.

3 de Diciembre: Día del Médico (Argentina)

6/11/10

ESO NO SE DICE

Hace unos días en la remisería de la vuelta, mi hija me incineró haciendo un comentario acerca de lo que opino sobre los telefonistas del lugar y el servicio. Ese día me trasladé con ella hacia la casa de mi madre, y al llegar comenté entre dientes: “esta pibita es una bocona”. Mi madre estalló de risa y me dijo: “Igualita a vos, con las que me hiciste pasar”…Parece que con los hijos el boomerang regresa directo a los dientes.
La verdad que enseñarle a un niño como omitir o callar ciertas cosas es bastante difícil. Sin embargo, mi madre nunca dudo a la hora de moldear mi honestidad brutal y ese espíritu bocón, aunque tuvo que ser perseverante para lograrlo. En realidad lo que no podía comprender en aquella época era por qué me enseñaba a ser honesta, y por otro lado me pellizcaba el brazo por debajo de la mesa en las reuniones familiares. A veces cuando lo hacía le mandaba una mirada de niño poseído y la desenmascaraba gritando OUCCHHH bien fuerte. Yo era de esas niñas que prendía la mecha que hacía estallar las rencillas de la parentela o sacaba a la luz las cosas de las que no se hablaba.
Recuerdo que en una oportunidad fui testigo de los comentarios que hizo mi abuela y mi mamá, acerca de cómo mi tía vistió a su hija para asistir a un casamiento. Allí almacené en mi disco rígido todo lo que allí se dijo, quizás por la compasión que me provocó la imagen de esa pobre niña vestida con esa bolsa de arpillera en pleno verano (así fue como calificaron el atuendo que llevaba ese día) ¡Cómo una madre podía hacerle eso a su hija! Finalmente llegó el día en el que todos nos juntamos de vuelta, en la casa de mis abuelos. La tía criticada era la esposa del hijo favorito de mi abuela y madre de sus nietos preferidos (cosa que me enojaba bastante). Mi abuela revoloteaba y adulaba permanentemente a esta mujer. Ya harta de la danza y con todo el sector femenino de la familia en la cocina, lancé la siguiente acusación: “¡Abuela sos una falsa! Por qué tratás así a la tía si el otro día con mamá dijeron…”y recité todo el rosario. Mi abuela quedó desorbitada y no sabía adonde esconderse, mi tía tragó saliva y se puso colorada (la cara le hervía) y mi madre me tomó del brazo y me llevó en el aire hacia la sala. Allí susurró entre dientes: “¿vos te das cuenta de lo que hiciste?”, mientras tanto mi tía aprovechó para exponer un monólogo acerca de la ética y la envidia familiar. Creo que fue una de las reuniones más cortas de mi vida, almuerzo sin cafecito y sin masas. Una vez en mi casa me dieron un sermón acerca de las cosas que no se deben decir por piedad o para no ofender. Mucho no me convenció, y en secreto seguí defendiendo la teoría de que lo que debía primar era la verdad. Pero mi madre persevero y perseveró, frenando con una sonrisa de “vos me entendés” cada uno de mis intentos.
Comparado con los niños de este siglo (entre los que incluyo a mi hija) yo de niña era lo más parecido a la amiga paralítica de Heidi. Si nosotros teníamos un disco rígido de 3 gb ellos tienen uno 500 gb. Es impresionante la capacidad que tienen estos mocosos para almacenar información. Son como ese amigo memorioso que se acuerda de todo, incluso aquellas historias con las que preferirías hacerte la pelotuda atómica y que te obliga a contestar: “jeje, sabés que no me acuerdo”. O como esa compañera de trabajo, con la que un día desnudaste tu alma y que luego se vale de esa data para usarla en tu contra. Así como las señoras usan botox para no gesticular y arrugarse, los padres deberíamos aplicarnos botox en la lengua para que no se mueva. Porque allí están estas criaturitas, agazapadas mirando y escuchando lo que decimos, incluso cuando no lo advertimos, para hacernos recordar que somos esclavos de nuestras palabras. Y que ni se te ocurra contarle las tropelías que cometías cuando eras pequeño, porque después no se puede pretender que TU hija sea la niña más aplicada de la clase. Como dije antes cualquier historia puede ser usada en tu contra. Lástima que esa maestra me lo avisó tan tarde…Ahora ella se excusa diciendo: “Pero maa si vos también lo hacías”. Ahora entiendo la amnesia de mi padre cuando con vos encantadora le preguntaba: “papi ¿y vos que hacías cuando eras chico?” Flor de delicuente debe haber sido el pelado.
Y así es el estado de las cosas, cuando creía que era libre de la sonrisa de vos me entendés de mi madre, ahora soy víctima del oído absoluto de mi niña, que no se pierde ni una nota, ni una coma y recuerda todo lo que vocifero. Y aunque abuela y nieta se hayan confabulado para imponerme la frase: “Si no quieres que se sepa, no lo digas” quizás para un caso perdido como el mío lo mejor sea aprender el lenguaje de señas para poder despotricar tranquila mi odio por el universo o empezar a hablar en jeringoso. Así la próxima vez podré exclamar frente a mi descendencia: Epestopos pepelopotupudopos quepe apatipienpedepen epel tepelepefoponopo sepe opolvipidaparopon depe mapandaparmepe elpe repemipis opotrapa vezpe ¡¡¡¡quépe hipijopos depe puputapa ¡!!!!

26/10/10

A MITAD DEL RECORRIDO



En estos años descubrí...

- Que por ser bueno no te dan un premio, pero que la mala leche siempre se vuelve en contra, así que intento ser lo más buena posible.
- Que no estoy dispuesta a encarar todos los días con una sonrisa, sobre todo cuando me vencen las hormonas o cuando algo me entristece o cuando retengo líquido y me convierto en una bola hídrica.
- Que a los hombres les gusta hacerlo cuando tenés fiebre.
- Que ya no me importa que me digan: aajjjjjjjj ¿sos escorpiana? (siiiccc).
- Que los que aman mucho a los perros habitualmente odian a los gatos.
- Que prefiero un Te quiero bien interpretado en lugar de un Te amo sobreactuado.
- Que terminé siendo todo lo contrario a lo que quería ser cuando fuera grande.
- Que cuando sea grande quiero ser: maestra jardinera, florista, carpintera, encargada de una juegoteca, guitarrista o DJ.
- Que al conversar con los niños recupero la capacidad de sorprenderme.
- Que una mitad mía dejó de ser hija hace tiempo y la otra va y viene.
- Que el hombre moderno prefiere curar antes que prevenir.
- Que por suerte se creó el movimiento slow para los que preferimos andar despacio.
- Que en el amor prefiero darlo todo, para no quedarme con la duda.
- Que mi principal equivocación fue intentar por todos los medios no equivocarme.
- Que me gustaría haber sido menos obediente, más alocada y menos considerada con algunos.
- Que los imprevistos desordenan los planes futuros, el viento al pelo y los niños la casa; pero para desordenar a todos de un saque solo hace falta una noche de pasión desenfrenada.
- Que patalear o rumiar por las cosas que escapan a mi control me enferma.
- Que el mundo al alcance de un clic nos ha hecho más impacientes e intolerantes.
- Que no se donde dejé olvidada la costumbre de enroscar mi pelo con un dedo cuando tengo sueño.
- Que puedo responder: si, no o ¿me podrías dar unos días para pensarlo?
- Que criar a mi hija como una más me parece la mejor elección, aunque a veces me cuesta.
- Que no se puede ser dueño de todas las virtudes.
- Que hubiese estado bueno que me avisen que no hace falta caerle simpático a todo el mundo.
- Que se puede vivir escapando pero no se puede escapar de uno mismo.
- Que disfruto más la fiesta como invitada que como anfitriona.
- Que prefiero ser empleada o compañera de equipo en lugar de jefa.
- Que algunos se ríen de las cosas que a mi me hacen llorar.
- Que soy capaz de sobrevivir a las peores tempestades o de ahogarme en una palangana.
- Que no hay nada que me reconforte más que sumergir la nariz en la melena de mi hija para embriagarme con su perfume.
- Que ya no tengo muchas ganas de celebrar mi cumple aunque a veces fantaseo con olvidarme de los años para festejarlo en un pelotero y nadar crol entre las bolas de plástico, limpiarme el merengue de la torta con la manga, tropezar con la bandeja de panchos vestida de panchera y noquear a mi vecino de un codazo para acaparar todos los juguetitos de la piñata.
- Que por unos días me seguiré equivocando al decir la edad que tengo.
- Que los días previos a mi cumple suelo estar insoportable, aunque sea pasajero.
- Que la mayoría de los seres humanos no somos agradecidos con los años acumulados, salvo cuando la vida nos asusta y nos advierte que es capaz de soltarnos la mano. Eso es algo que también aprendí.

Nota: el numerito de la foto es pura coincidencia es que no encontré otro hecho en madera, sep.

15/10/10

LA ESPALDA DE UNA MADRE


Esperándote recargué las vértebras lumbares,
descoloqué el sacro con todas mis fuerzas para verte por primera vez,
flexioné las cervicales cada vez que apuntabas al cielo,
y entre caballitos y berrinches rechinaron las dorsales.

La espalda de una madre,
dolor que no se siente e impulsa,
que se borra con tus manos en mi cara
y tu nariz sobre la mía.

Espalda que se encorva cuando lloras,
espalda que se expande cuando corres a mis brazos,
espalda que se yergue cuando avanzas,
espalda que encoge mientras creces.

Un día serás mi gigante
abrirás la puerta y te veré partir.
Mi espalda será solo un recuerdo y yo la pequeña
que estrecharás en tus brazos al regreso.

Este texto lo escribí pensando en las imágenes que resumen el tiempo compartido con mi hija y los que vendrán, en un día de esos en que me dolía un poco la espalda. Hoy lo comparto con todas las madres que conozco, con las que veo en la calle cargando a un niño y con varios de la mano, con las que se agachan para despejar el camino lleno de juguetes o simplemente con todas las que se animaron y que algunas veces se quejan por el dolor de espalda.

Feliz Día para Todas
17 de Octubre 2010: Día de la Madre (Argentina)

8/10/10

ESTAS NOMINADA

Hace siete años que te escribo la misma carta cada vez que llega setiembre, pero tu siempre te las ingenias para patearla por debajo de la puerta hacia la calle. Incluso la última vez en un ataque de ira prendiste fuego el buzón. Pero llegó el calor, la piel se asoma y es hora de enfrentarte. A veces cuando me miras con esos ojos de perro basset me pregunto sin no es hora de que te acepte. Tal vez debería ir a ver la obra de teatro "Gorda", pero me parece que ya la sacaron de cartelera. Otros días me pongo firme y digo no hay nada que no se pueda solucionar con una dieta hipocalórica y un plan de ejercicios, pero tu te ríes a carcajadas mientras sacudes las miguitas de polvorones de tu sweater negro. Ese es el momento en que me recuerdas que lo unico magro en mi vida es la voluntad. Y es cierto se acerca el calorcito, la cervecita con maní, la picadita en el jardín y los helados... Se hará difícil librarme de tí, lo sé, mientras siga imaginando estos alimentos hipercalóricos abarrotados de sodio... Omm, Omm piensa manzana, Omm omm piensa tereré, Omm omm piensá en la frescura de los citricos, omm omm... Y será mejor que guardes esa risa burlona, ya que no voy a permitir que este verano me recuerdes que no soy digna de la bikini floreada ni que me obligues a vestir luto con 35° a la sombra, manga tres cuarto y esa malla enteriza que me hace sentir encorsetada.
Alguien de la maldita prepaga podría explicarme cómo carajo hago para conseguir un turno en la nutricionista antes del verano. Aunque no me importan los palos en la rueda, no me interesan, te aviso que ya me cansaste y que no estoy dispuesta a que estas vacaciones te cargues sobre mi espalda, cada vez que me agacho a sacudir la arena de los pies.
No, no, no... ahora no empieces a pucherear que no lograrás manipularme esta vez. Quizás si hubiésemos nacido en el renacimiennto podríamos continuar nuestra sociedad, pero las leyes de la estética conspiran contra nuestra empresa. Mis amigas se lamentan y comentan que era más linda antes de conocerte, mi marido me advierte que no me pase de la raya, de la raya que marcó la balanza esta mañana. Tal vez si fuésemos del sexo masculino podríamos ser como Alfredo Casero o el John Travolta actual, que no tienen nada que envidiarle a esos muchachitos de vientre plano; pero lamentablemente nuestro cariotipo 46, XX nos condena al fracaso. Por esto y por todos los motivos que me obligan a escribirte termino esta misiva con el siguiente mensaje: "GORDA, ESTAS NOMINADA SOLO TE QUEDAN 4 MESES PARA ABANDONAR ESTA CASA CON TU BOLSITA DE TOSTADAS"...
Atentamente tu otra mitad.

22/9/10

DICCIONARIO DEL NIÑO PEQUEÑO

A

Abuelos: adultos que me visitan con frecuencia para malcriarme y contradecir a mis padres.

Amigo: cualquier persona que juega conmigo.

Andador: artefacto que me hace sentir viejo.



B
Baba: fluido viscoso con el que pinté mi primera acuarela.

Berrinche: el secreto de mi éxito.

Biberón: teta mecánica.

C
Caca: cualquier objeto animado o inanimado capaz de hacer el mal.


Chiche: cualquier objeto que puedo babear, desarmar, sacudir y revolear por el aire.

Chupete: el silenciador de mi llanto.

Crecimiento: proceso biológico que me quita espontaneidad, frescura e imaginación y me aleja del piso.

Cuco: individuo feo o caracúlico.

Cuna: sitio adonde duermo y purgo algunas condenas.

D
Dedo gordo del pie: una meta por alcanzar, un desafío.

F
Fiebre: el motivo principal de un baño inesperado.



H
Hogar: un mundo por explorar.

LL
Llanto: el imán de los abrazos.


N
Nena: Cualquier persona del sexo femenino independientemente de su tamaño y edad.

Nene: Cualquier persona del sexo masculino independientemente de su tamaño y edad.

No: palabra que me alienta a hacer lo contrario.

Nudismo: una práctica que adopté el día que aprendí a sacarme el pañal.



P
Padres: par de adultos que me trajeron a este mundo para tratarme como a un niño por el resto de mi vida.

Papa: palabra que resume toda la carta del restaurante de mamá.

Payaso: sujeto de cara extraña que a veces me hace llorar.

Pediatra: sujeto peculiar al que no logro espantar con mi llanto.

Pedito: alarma que me avisa que pronto necesitaré un cambio de pañal.

Pelela o bacinilla: casco de plástico.

Perro: compañero de baba, almohadita peluda a la que los adultos llaman mascota.



R
Ricotita: huella maloliente que dejo estampada en los hombros de mis padres.

Risa: la mejor melodía para bailar y zapatear.




T
Teta: la incondicional, mi mejor aliada.

V
Vacuna: un bicho que pica muy fuerte.

Viejo: sujeto que olvidó lo que es ser niño y se niega a jugar conmigo.

15/9/10

LAS PEORES FRASES DE MIS EXs

El pasado de una boluda importante recuperada (Se puede salir)

EL DÍA DE LA SEPARACIÓN

El (Después de permanecer media hora en silencio parpadeando fuerte para derramar una lágrima escuálida, una sola, una): Disculpame, yo te quiero pero no te amo…
VOS PENSAS: Me cago en la diferencia… ahora clasifica los verbos que se usan para expresar afecto, mirá vos.


VOS: ¿Qué hacemos? ¿Nos separamos? Entre nosotros falla la comunicación… ¡¡¿¿¿¿Nunca decís nada vos??????!!!!!!
EL: Si tenés razón, mejor cortémosla acá, hace tres meses que espero que me hagas esta pregunta. Ahí tenés una bolsita para tu cepillo de dientes, la planchita del pelo, la bombacha que colgaste en mi tender, y todas las porquerías que olvidaste en mi armario.


EN UN BAR

EL: …es que yo te quiero como a una hermana.
Y VOS PENSAS: No desearás a tu hermana…¡¡¡que te re mil!!!!

EL (después de monologuear durante 1 hora y media): Tengo que decirte algo…
VOS PENSÁS: (chanchan chachan): Quiere volver…
EL:¿Sabés adónde queda el baño? Tengo que mear, ahora vuelvo.

EL: Me encantaría que sigamos siendo amigos.
VOS PENSÁS: (mientras asentís con la cabeza y sonreís agriamente) Me encantaría que sigamos siendo amantes. Peeelotuuuudo…


POR TELEFONO:

EL: Sandra está embarazada, vamos a tener un hijo. Finalmente la vida es sabia ¿te imaginás lo que hubiera salido de nosotros dos? Pobre pibe…
Y VOS llorás durante un mes en terapia, agotás todas las cajas de carilinas del supermercado chino de la esquina y de tanto sonarte desarrollas rinofima.

EL: me voy a vivir a Europa con Sandra y el BB. Me enteré que buscas departamento para alquilar, me encantaría ofrecerte el mío y que lo cuides mientras no estemos Si no confío en vos ¿En quién voy a confiar? Te dejo todas mis cosas, yo sé lo responsable que sos.
Y VOS PENSAS: entiendo…pero para cuidar a tu hijo elegís a Sandrita. Qué lindo vivir en tu casa, con todas tus cositas, todos tus recuerdos, tu colección de juguetes antiguos, tus plantas…
ACTO SEGUIDO PREGUNTÁS: después del suicidio...¿el sepelio lo pagás vos? ¿Tenés papel carta y una bic en tu departamento? Para despedirme de mi mamá, viste…

EL: es que yo te quiero ayudar…
VOS: ¿Y quién mierda te pidió que me ayudes? ¿Te crees que soy tu hija?
EL: Ah siiiii, mira que no te voy a conseguir ninguna recomendación para trabajar. No cuentes más conmigo.
VOS: Metétela en el orto la recomendación, que mañana me retiro del sistema y me interno a vivir en el Moyano.

…Y a pesar de todo sobreviví. El cielo aclaró después de tantas tormentas, nubarrones y lluvias de lágrimas… y casi sin darme cuenta caminando sola esquivando charcos, volvió a salir el sol.

10/9/10

THE MASTER OF THE WOMAN

Pero qué linda, toda preparada y planchadita con la carterita colgada a punto de salir… y así somos las mujeres siempre vamos por más y aunque no queden dudas de que el título de señoras nos fue otorgado, vamos por las especializaciones. De esta manera, en poco tiempo nos convertimos en esposas, madres y trabajadoras. Pero la cosa no termina aquí ya que a medida que la vida transcurre los posgrados se convierten en una necesidad. Y casi sin darnos cuenta por obra y gracia de nuestro software multitareas nos embarcamos en:

El posgrado de Lactancia y Puericultura: “mi hijooooooo, buaaaahhhh ¡¡¡¡¡qué emoción!!!! Enfermeraaaaa ¿adónde encuentro a la puericultora? papu llamame a la pueri, llora, el bebe llora, no se calma ¿Qué hago? ¿la teta? aaahhhh quiere teta ¿cómo me pongo? Llora, lloro, lloramos.” Esta maestría te ayudará a conectarte con el devaluado instinto maternal y aumentará tu confianza como madre en un intento de cubrir todas las falencias del escueto curso de preparto. Viene con una chichonera para el moisés.

El posgrado en Gastronomía y Nutrición: hay que aprender a cocinar, nada de arroz con atún o un huevo frito suelto, ellos (cónyuge + párvulos) quieren comida. Aparte el nene es problemático y hay que hacerle arbolitos con brócoli para que coma y nunca olvidar que todo lo que pongas en su boca debe ser nutritivo y carecer de grasas trans. Con el cursito te regalan un pelapapas.

Posgrado en Dónde Pongo a los Niños: los dos trabajan pero el día en que la niñera falta, la abuela enferma ¿quién se ocupa de colocar a los niños en algún lugar? En el master te enseñan a improvisar lugares que nunca hubieras imaginado…allá vaaaamoooooossssss.

Posgrado en Animación Infantil: la casa llena de compañeritos del nene que juegan hasta el aburrimiento y vienen con la preguntita: “¿a qué podemos jugar?” Vestite de payaso antes que destrocen la casa. El posgrado incluye clases de clown con profesores distinguidos, ex cirque du soleil.

Posgrado en Campamento: los pibes quieren dormir en la carpa en el jardín y el padre no esta ¿A ver cómo te arremangas? Me encanta la vida campestre. Con el examen final te regalan la serie completa del oso yogui.

Posgrado en Tortas de Cumpleaños: es el primer cumpleaños de la nena y vos no vas a permitir que los niños coman esa torta raquítica que te ofrece el pelotero. Hay que hacer la super torta. En el curso aprendés a manipular la pasta de goma y hacer el trencito con alfajores Jorgito. Quizás logres que la Sirenita Ariel no te salga parecida a Billoni. Al finalizar te regalan una bolsita de grana.

Posgrado en Objetos Perdidos: los maridos nunca encuentran nada, así que hay que adquirir el entrenamiento de un perro sabueso. También es útil para hallar todas las cosas que ELLOS guardan, siempre ponen las cosas en el lugar equivocado. Con el posgrado te regalan un buscador de objetos a pilas.

Posgrado en Microbiología: hay que proteger a los niños de la hamburguesa asesina, los piojos, la gripe, los parásitos y el dengue con: el punto de cocción adecuado, el pomo de lisoform, el nopucid, la paleta mata moscas, el off, etc. En la graduación regalan fotos autografiadas del Dr House.

Posgrado en Enfermería: el nene con laringitis y fiebre: “tengo que levantarme de vuelta, el termómetro, aaaahhh le bajó, zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz”. Con el master ligas un disfraz de enfermera, el verdadero, no confundas que no es lencería erótica.

Posgrado en Veterinaria: los niños quieren una mascota, el pediatra aconseja la mascota, pero la única que limpia la mugre, baña al perro, se ocupa de las vacunas, de la caquita y el pis, de adiestrar al can para que haga afuera y de las compras de alimento balanceado es mamita. Uhhhh la pise…

Posgrado en Menúes Telefónicos: otra vez la empresa de servicio nos cagó, a llamar, marque 1, marque 2, marque 3, marque 4, marque 5….marqué 100. Todo el día perdido en busca de una solución. En el posgrado te pasan durante 24 horas seguidas los videos de Violencia Rivas.

Posgrado en Finanzas: armate la planilla de excel para que la guita se estire como chicle o por lo menos para entender en qué la gastas. Con el master te regalan un disquette abollado del curso de excel de la colección Formar.

Posgrado en Vencimientos: hay que evitar que nos engrampen de vuelta con $50 pesos de recargo de todas las boletas que pagas fuera de fecha. Con el cursito te regalan una guía con todos los Pago Fácil cercanos a tu domicilio.

Posgrado de la Geisha Oriental: este lo dicta Alessandrita Rampolla que te explica el paso a paso como si programaras el menú del lavarropas. A la noche siempre dispuesta, elonga para hacer la posición de flor de loto y enfoca tu mente en la actividad (a no pensar que mañana Carlitos lleva la vianda y no preparaste nada). Recuerda que en la propaganda del Home and Health dicen que el sexo en pareja es el remedio para todo, incluso alivia el dolor de cabeza.

Posgrado en Streching, Yoga y Tai chi: reeeelaaaaxxxxxxxxx, hay que evitar el cuello ortopédico y el clonazepam que te convierten en robocop. También te dan un DVD con las conferencias de Claudio María Domínguez y un CD de Enya.

Posgrado en Aeróbicos: a trotar con – 1 ° C o con 45 ° C a la sombra, hay que combatir el rollo abdominal que esta cobrando vida, 1, 2, 3, trote, trote, trote. Anotate, que esperas, que te envían un Reduce Fat Fast.

Posgrado en Maquillaje y Ejercicios Faciales: a poner trompa, decir ÑÑÑÑÑ, levantar las cejas, hacer la O con la boca. Hay que evitar la expresión que te tira la comisura labial hacia abajo y a tapar las ojeras, nunca te olvides del tapaojeras (esencial tener uno de repuesto).

Posgrado en Coloración: tintura permanente porque la otra no tapa nada, basta de los tonos número 8 son lo mismo que el agua para estas mechas cenicientas. Son 6, 7, 8, 9, 10 DIEZZZ canas en el medio del flequillo. En el curso te enseñan la paleta de colores y a masajear el cuero cabelludo con la loción de ortiga (viene de regalo), hay que detener la calvicie por tanto tinte.

Posgrado en Push up, Cirugía Estética, Electrodos: a levantar todo lo que se cae, se cae, se desmorona, se desbarranca. Son años bajo el efecto de la fuerza de gravedad. Al finalizar el master te regalan sesiones de fangoterapia en el SPA y una sesión para inyectarte metacrilato (eso si el pomo de la “gotita pega” lo tenés que comprar vos).

Posgrado en Hormonas: sos una mujer adulta peCursivaro el período no para de joder nunca: “me viene muy seguido, ahora no me viene ¿embarazada? ya tengo tres….ay, menos mal me volvió. Me bajó la progesterona, me subió la prolactina, el estrés, el estrés”. La bañadera llena de cabello que se cae, la piel seca, la dieta que no funciona, zombie en piloto automático, es la tiroides y el estrés, el estrés , el estrés. En la maestría enseñan a llevar adelante la agenda con todos los especialistas que debes visitar.

Posgrado en Fachada Profesional: dejaste al nene con 40 ° de fiebre, nada de llorar en el trabajo y llamar a cada rato, totally professional, no vas a dejar que ninguna chirusa soltera te serruche el piso. Anda al baño a llamar por el celular y argumenta que tomaste mucho líquido. Este incluye cursos de actuación dictados por graduados del Actor Studio.

Posgrado en Magisterio: la nena/e no entiende las cuentas, necesita información sobre los animales carroñeros, tiene que hacer la maqueta del volcán, buscar figus de San Martín…historia, logaritmos y ¿cómo carajo se calcula el volumen de un cilindro? Con el master sortean maestra particular a domicilio.

Posgrado para sobrellevar la Paranoia: en el curso te enseñan que para dejar atrás el miedo, la angustia y la ansiedad es indispensable tener la casa enrejada, alambre de púa en la medianera, alarmas al frente y al fondo y cámaras de seguridad en la entrada y la vereda que te convertirán en el Gran Hermano de la vecindad. Con el master te regalan una correa para que el nene no se pierda en el supermercado, así compras tranquila sin que te preocupen los robachicos y si tenés dos te agregan una pistola de gas pimienta.

Posgrado en Seguridad Informática: ahora si no tenés PIN o PASSWORD no existís. Hay que recordar todas las palabritas y numeritos sin la posibilidad de repetir, porque un terrorista informático te los puede robar. Cada día sumás uno nuevo, el de la cuenta de mail, el de la red social, el del cajero automático, el de ARBA, el de la AFIP, etc… “Ayyyyy ¿cómo era? UUUUUUhhhhhhh, este era del otro cajero, noooooo que mierda me tragó la tarjeta.” En el master te enseñan técnicas de estudios para memorizar todos los PIN y CONTRASEÑAS y te regalan un índice para anotarlos (como el de los teléfonos, viste está brutal).

Y me tomo 5 minutos y me tomo un té, la Virginia no, prefiero el Green Hills ¿Se te ocurre alguno más? Tu opinión interesa para que sigamos indefinidamente detrás de la Master of the Women al final del arcoiris. Esa que venden las revistas y te impone esta vida moderna, que como dice la amiga Mafalda tiene más de Moderna que de Vida.

REMEDIOS CASEROS



La cocina es un gran laboratorio donde los estados líquidos y sólidos cambian de forma con el agregado de una pizquita de algún ingrediente de la alacena. Las mujeres transitamos por muchos más estados y sería interesante pobrar algunos condimentos para ver si logran aliviar los síntomas de nuestro ánimo. Aquí les ofrezco un listadito de opciones. A veces no se soluciona con un solo ingrediente o tal vez haga falta abstenerse del consumo, todo depende. Espero que les sean útiles:

Si estás muy tibia quizás te haga falta un chile picado.

Si te sentís un poco aplastada un cubito de levadura y calor de hogar.

Si estás chirlosa y desparramada podrías probar con una cucharadita de almidón de maíz.

Si andás almibarada nada mejor que una ensaladita de radicheta.

Si te tapó la nube de pedos en la que salís a volar, chupate un limón.

Si te invadió la perra evita masticar huesos.

Si estás muy gata proba con el dogchow o evita salir a correr pajarracos.

Si te sentís demasiado sosa intenta con una pizca de canela.

Si estas enardecida proba el tereré y prende el aira acondicionado.

Para el agobio unas claras batidas a nieve podrían ayudar.

Si andás muy ácida toma un poco de leche descremada quizás te aligeres como yogurt light.

Para la amargura una cucharadita de miel por las mañanas.

Si andas muy magra untate con grasa de pella y hechate al sol.

Si andas malhumorada un poco de merengue es muy chévere.

Y si estas angustiada o aburrida cosete la boca porque no te va a quedar nada en la alacena, PARAAAAAAA!!!!!!!!! La angustia y la alacena son malas compañeras y con el aburrimiento forman un cocktail letal. Mejor salí a dar una caminata bajo el sol de setiembre. Y si llueve podrías salir a lanzar barquitos de papel en los charcos. Eso si cuando te agaches toma cierta distancia del cordón y ten a tu alcance un Vick Vitapyrena, no sea cosa que el 527 pase cerca de la vereda y te deje empapada. Con hombres al volante no hay ánimo que aguante.

9/9/10

ERROR: REINSTALE EL PROGRAMA NUEVAMENTE


"La forma en la que una mujer expresa su sexualidad es única y suele variar a lo largo del tiempo." Las chicas siempre renovando el software , ellos en cambio siempre ejecutan el mismo programa hasta que se les funde el hardware.

APAGON


El eterno resplandor de una mente sin recuerdos ¿será la nostalgia la culpable del apagón? Comprobar ortografía

3/9/10

LA EVOLUCIÓN DEL “SI” Y EL “NO” EN LAS MUJERES


En la infancia confronta con el NO y se amolda con el SI
Después de que las mujercitas aprendemos a decir las primeras palabras: aba, bobo, papa, mamá, papá, rápidamente incorporamos el NNNNNNOOOO. Así es como la niña pequeña mientras grita NNNNNOOOOOO huye en pañales abrazada al perfume importado de su madre que corre detrás de ella gritando: DAME EEEEEEESO!!!!!!!!!!!!
Después aterriza en la escuela que la moldea y tiene que soportar que las maestras y sus padres taladren su pequeña cabecita para que responda “SI”. A ella le cuesta horrores incorporar la palabrita, pero finalmente lo logra.

En la adolescencia experimenta con el SI
En la adolescencia solo conserva el “NO” para sus padres, pero entre amigos todo le importa un reverendo pito y dice: “ssiiiiiiiii, dale” y como quiere que el grupo la acepte
manifiesta: “siiiiiii, vamos”, o “siii, que no nena, si yo lo hago”. A veces dice Si y después llora, y otras ríe.

Entre los 20 y los 30 confunde el significado
En esta etapa el “No” se instala un poco más, pero el significado se invierte. Así es como la veinteañera dice SI cuando quiere decir NO y NO cuando desea decir SI. Que le hace un SI más a la tigresa y si no me crees trata de recordar con quién amanecías a los 20.

Entre los 30 y 40 los usa correctamente
Por suerte llegan los 30 y la damita se siente más segura y empieza a usar estas dos palabritas en forma adecuada. Sabe donde ponerlas. SI = SI, NO = NO. A veces esta etapa se adelanta, siempre hay excepciones.

Desde los 40 hasta la vejez los clasifica
A partir de la cuarta década las mujeres clasifican el NO y el SI, esto quiere decir que reservan el SI para sus prioridades y dejan el NO para lo intrascendente.

En la vejez todo depende de…
Si es una ancianita cool dice siiiiiii con voz tierna.
Si es una vieja jodida responde a todo que NOOOOOOOOOOOO con voz agria.
Si esta sorda los anula porque siempre pregunta: QUEEEEE???????
Si sufre demencia senil repetirá hasta el hartazgo: si si si si si si si si si si si si si si mientras mueve de un lado al otro su cabeza y su dedito índice como si fuera un limpiaparabrisas.

En fin…

EL LADO OSCURO DEL SUN-DAY

No hay día que deteste más que el domingo, cuando muera en mi tumba escribirán la frase "los domingos son deprimentes". Este es un día que no está hecho para los propensos a la melancolía. Salir a la calle el séptimo día de la semana nos da la sensación de que nos quedamos solos en el pueblito abandonado del farwest.
El otro día leí que uno “es” de acuerdo a cómo hace su cama, por lo tanto este es el día de la semana que ni siquiera se “ES”, porque a quién corchos le importa tender la cama un domingo, si total te vas a desparramar allí a cada rato para ver la TV. Es el día de la joggineta, ese día holgado en el que tu marido se reprocha no haber puesto a salvo aquella imagen de la noviecita arreglada que lo espera en cada cita. Pero a quién le importa tanta producción, para qué despilfarrar maquillaje si los domingos son el día más corto de la semana, el jamón del sándwich entre el lunes y el sábado. En general se considera que el sábado es el día del esparcimiento, y el lunes el día en que se inicia la semana laboral o estudiantil (salvo que seas diputado). Pero si yo preguntara cuantas horas tiene el día domingo, seguramente responderían: 24 horas ¡pero no! Las únicas horas que le pertenecen a este día son 6, desde las 12 hasta las 18 horas, el resto de las horas se las lleva el sábado y el lunes. Por ejemplo, si fuiste a una fiesta el sábado por la noche y fue una noche inolvidable, cuando lo contás decís: "no sabes que bien la pasé el sábado por la noche", aunque parte de esas horas pertenecen al domingo. Después de tanta joda nocturna, por lo general dormís hasta el mediodía, restándole nuevamente horas al domingo y si por casualidad te llegas a sentar en la cama a las 7 de la mañana, inmediatamente surge la siguiente reflexión: "mejor sigo durmiendo porque mañana tengo que ir a trabajar".
A partir de las 18 horas del séptimo día de la semana, nuestra mente y espíritu ya le pertenecen al día lunes. A modo de ejemplo, es la hora en que tu hijo se acuerda que no hizo la tarea y que tiene que practicar la cursiva mayúscula y te dice: "mamá ¿cómo era la D mayúscula?" Y no tienes la menor idea, porque hace rato que escribes en imprenta. Así es como destinas el resto de las horas de este día tan breve, practicando con tu hijo el trazo de la cursiva y al final a él le sale mejor.
Debo confesar que ni los recuerdos de la infancia lograron sacar a flote el lado luminoso y positivo del SUN-DAY. De los que pasaba en mi casa recuerdo la melodía insoportable del gordo Muñoz relatando algún partido de fútbol, que me arruinaban las pocas horas útiles del domingo. Si no era tu padre el que lo escuchaba en la radio y ese día optaba por la siesta, nunca faltaba un vecino que escuchaba al mismo gordo a todo volumen. Sin embargo, era peor cuando mi tutor, padre o encargado decidía utilizar sus horas de ocio para reparar algún artefacto del hogar. Seguramente esa noche dormíamos con la puerta abierta porque de tanto martillar rompía alguna cerradura, o con el baño inundado, porque se le ocurría reparar el flotador del inodoro.
Además cuando la tarde dominical se esfumaba, cualquier cosa que quisiera emprender era frustrada por la voz de mi madre que decía: "empeza a prepararte que mañana tenés que ir al colegio" y mi mente y espíritu se embarraban con la idea de que al otro día tendría que levantarme a las 6 y ½ de la mañana. La pena aumentaba cuando veía que esa señora planchaba mi uniforme y se aparecía mi imagen semanal encerrada en ese atuendo. Para colmo de males, me torturaba la idea de que a la mañana siguiente debería luchar nuevamente con mi motricidad fina para abrochar el puto corbatín. Yo digo: ¿a quién mierda se le ocurrió que a un niño le es más fácil prender un corbatín, que hacerle el nudo a una corbata?
Antes de acostarme debía cepillar los zapatos y mientras los embadurnaba con pomada, comenzaba a experimentar la sensación de mis pies atrapados durante todo el día en las medias ciudadela y los zapatos de suela (porque no existían los zapatos que existen ahora) que te quemaban las plantas de los pies y peor si eran los ortopédicos reforzados con plomo en el talón. Esos dinamitaron mi futuro de maratonista.
Algunos domingos para romper con la rutina salíamos de paseo. Si íbamos a la casa de mi abuelo, ese domingo me consolaba saber que iba a comer la mejor comida italiana. Sin embargo, el domingo se hacía más corto aún debido a que el plan de la tarde era una larga siesta familiar, luego de semejante comilona. A veces me plegaba pero sin poder disimular mi energía infantil, comenzaba a moverme de un lado al otro y el silencio se rompía cuando derramaba la colonia de la abuela y era inmediatamente desterrada del santuario de Hipnos. De allí salía despedida hacia el patio donde molestaba por un rato a Blanquita y Lila, las perritas de mi abuelo, que también dormían y me rajaban con un tarascón. A veces comenzaban a ladrar y ese era el momento en que huía al escondite porque toda la familia salía a buscarme. Finalmente y sin saber que hacer la tarde se me iba de las manos y en casa me esperaba la trillada rutina preescolar.
Cuando salíamos a algún parque recreativo o al cine Los Angeles, tenía la esperanza que la diversión nunca terminaría, pero al regreso era habitual que mi padre se perdiera y mi madre oficiaba de brújula (es que no había GPS). Ese era el instante en que comenzaba a arderme la quemadura solar o me daba cuenta que me había excedido con el maní con chocolate, mientras de fondo sonaba la interminable discusión de mis progenitores.
En fin como verán, con toda esta explicación trato de hacerles entender, mi hipótesis: "los domingos son un bajón". Si tuviera que relatarles todas las estrategias que implemente para encontrarles sentido, mi relato se transformaría en un monólogo interminable. Así que simplemente me resigno a que lo disfruten los que puedan.

2/9/10

LA MADEJA


Astrid se queja,
lo hace durante horas, semanas, meses.
Entre cuatro estaciones construye su madeja de quejas,
que la deja encerrada e inmóvil.

Allí suspendida,
blinda su madeja con excusas,
por si alguien intenta liberarla,
con abrazos o palabras.

Se queja por sus eczemas,
por el amor perdido,
por lo hijos que se alejan,
y en lamentos deshilacha a la mujer que fue.

Cuando cae la noche,
aferrada a su rosario reza,
creyendo que la fe borrará sus quejas,
mientras sigue atrapada en su madeja.

19/8/10

FRUSTRATE DE VEZ EN CUANDO


Aceptar el fracaso a tiempo, nos puede ahorrar años de sufrimiento. Mejor es pensar que esta dentro de las posibilidades, aceptar lo que no es y dejar de sufrir por lo que nunca será.

7/8/10

¿DEDALITOS? NO, MOQUITOS


En los adultos comerse los mocos es un mal frecuente a pesar de que no lo parece. Es un vicio que muchos arrastran desde la infancia y no pueden abandonar. Y si no me creen empiecen a observar lo que hacen los automovilistas cuando el semáforo se pone en rojo, se van a sorprender.

¿QUERES UN EMPUJONCITO?


La talla de un hombre es directamente proporcional a la altura de sus saltos. Así que pegate unos resortes con velcro donde menos te duela y atrevete a saltar.

COLCHATRAPORTRAPOCOLCHA


Hay personas que encuentran una bolsa llena de retazos y hacen una colcha, sin embargo hay otras que los usan de trapos para limpiar los muebles con Blem.

HACETE CARGO DE TU OLOR


Si vas a vociferar que la vida apesta, fijate si no es la tuya la que huele mal. Va a ser mejor que busques la manera de desodorizarla y que dejes de contaminar el aire que respiran los que están a tu alrededor.

1/8/10

EL LATOSO

El hombre latoso es la versión loser del acosador. A diferencia de este último que abusa de su posición de poder, el latoso es muy raro que lo tenga. Pero no hay que dejarse engañar porque en realidad es un lobo disfrazado de cordero. También es torpe, poco sutil y su obviedad hace que siempre se vea desagradable, por más buen mozo que sea. Este espécimen del sexo masculino desterró de su diccionario de bolsillo la palabra autocrítica y le funciona mal el sensor del desprecio femenino. Así es que cuando el dispositivo recibe algún estímulo de rechazo, en él se desencadena una respuesta paradojal (distinto al que experimenta cualquier ser humano normal); con esto lo que quiero decir es que cuando una mujer lo rechaza, el más se empecina en la conquista. Habitualmente este pelma es casado con una mujer un tanto andrógina y mucho más exitosa que el en el ámbito laboral. Por esta razón, para paliar esa angustia arma fábulas e inventa hazañas sexuales que se nutren de las fantasías que le generan las jovencitas con las que chatea. Siempre busca tener una amplia platea femenina que lo escuche y entre medio de sus relatos intenta investigar las fantasías y preferencias más íntimas de sus interlocutoras.

Cuando no le prestas atención comienza a merodear por tu oficina, atento a que levantes la mirada para iniciar la conversación. Siempre al acecho espera y espera, va y viene. Si cierras la puerta para que no te moleste, seguro que la abre después de tocar y te dice: “¿te hago un cafecito?” Con esa excusa aprovecha y te lanza el siguiente comentario: “¿Qué te pacha? ¡Qué carucha! Y vos para no contarle nada, recurrís a la excusa de que te duele un poco la cabeza. Gran error, porque no hay latoso que no se defina como experto masajista y allí mismo se suena los dedos y te convence de que lo tuyo es tensional. No te deja contestar y rápidamente está detrás de tí con las manos sobre tus hombros, dispuesto a darte su masaje. Antes de comenzar retira tu pelo hacia un costado para liberar tu cuello y en ese instante aprovecha para rozar tu mejilla con la mano (un jeropa importante). Después comienza la tarea y desliza sus dedos lentamente hacia tus clavículas y los estira con el objetivo de alcanzar tus chicas. Pero como no llega se inclina para ganar distancia y te susurra en el oído “¿estas bien?”. Cuando sus pulpejos ya están sobre tu tórax, ese es el momento en que te paras y lo sacas para un costado con la excusa de que hay que continuar con el trabajo o lo empujas y lo mandas a la reverenda mierda.
Sin embargo, a pesar del bofetazo este hombre no escarmienta y permanece tranquilo solamente por unas pocas semanas. Cuando nota que ya te olvidaste del episodio vuelve a la carga con el el cafecito en mano. Pero como nota que tu guardia esta alta y no logra que le confíes tus secretos mejor guardados, te empieza a menospreciar. Y te dice que tu postura en la vida esta equivocada. Cuando no logra obtener detalles de tu intimidad, porque es su tema recurrente, te acusa de mojigata o frígida. Así es como se convierte en tu pesadilla diaria, lo peor es que no podés dejar de hablarle por el bendito trabajo en equipo. En esa cercanía aprovecha para apoyar sus dedos en la cicatriz que tienes debajo de la nariz y haciendo gala de un timbre de voz viríl te dice: “Que tenes ahí?” o te pone una mano en el hombro o la cintura, o te acaricia la cara cuando puede. Y cuando la profesión se había convertido en lo único estable en tu vida, notas que el latoso logra que te arrepientas de haber obtenido el título y el empleo actual. Lo peor de todo es que nunca se ausenta, nunca enferma; y todas las mañanas escuchas sus patéticos relatos con las bobas de la oficina que le hacen creer que tiene gracia y carisma. Siempre jocoso y optimista. No te queda otra que dejarte las orejeras puestas en los días de invierno, para evitar el sonido de su voz, y en verano los tapones de silicona de la clase de natación del día anterior.
A medida que el tiempo transcurre ya no podes tolerar su presencia. Y empiezas a pensar que quizás sería más saludable trabajar de cajera en el parripollo de la esquina, y colgar el título en el baño de tu casa como elemento decorativo. Pero por suerte, en la vida la desdicha no es eterna y mágicamente el día menos pensado cuando estabas por envenenar su café, llega el tan esperado llamado que te anuncia el traslado de oficina. Nunca sentiste tanto alivio y tanta felicidad, flotas en el aire y te quedas congelada en un suspiro eterno ¡YES! finalmente la vida no era tan injusta contigo.

VIDAS DE PELICULA


A mi hija le encanta el cine. Mira sus películas una y otra vez; y todos los días es un personaje diferente. Yo la miro y deseo que no le cueste tanto como a mí darse cuenta que la vida no es como en las películas. Y si… yo ya estaba bastante crecidita cuando logré aceptar esa realidad, es más ya tenia mi propio dinero para pagar las sesiones de terapia. Sin embargo, a pesar de estar grande, en mi persistía un pataleo interno que se preguntaba por qué la vida no era tan feliz y sencilla, como esa que reflejaban los largometrajes. Así fue como decreté que tenía contraindicado ver películas románticas. Esas chicas de película sonrisa aquafresh , que algún hombre amaba con locura me hacían sentir más sola, más soltera, más miserable y menos glamorosa ¿Qué tenían ellas que en sus casas el teléfono siempre volvía a sonar? ¿Por qué sus despedidas eran tan efímeras y en mi vida eran tan duraderas?
Ahora que estoy un poco más madura pude descifrar el por qué o al menos lo intento. A excepción de las películas que muestran la biografía de una persona, la mayoría de los films capturan un momento o una etapa en la vida del personaje. Lo que ocurrió antes, a veces nos es revelado, pero... ¿cómo sigue la historia después del THE END, FIN, etc? ¿Alguien lo sabe? Y si todas queremos creer que vivieron felices para siempre.
Se imaginan cómo siguió la película de MUJER BONITA después de ese final de princesa de cuentos?????? Y si… ¿a quién llamó Julia el día que se enteró que estaba embarazada? A su mamá. Así fue como en la casa un día sin aviso apareció la suegra motoquera con todo su séquito de motociclistas, dispuestos a desplumar el freezer del pobre Richard. La abuelita se instaló con la excusa de cuidar a su niñita y se despachó con todo tipo de pedidos, además de decirle a su querido yerno que había que pagar la fianza de Carlitos, el hermano menor de Julita que estaba preso por tráfico de armas. También con el tiempo se empezó a resquebrajar la relación. En el cumpleaños número 40 de Richard, su esposa lo quiso sorprender con una fiesta e invitó a todos los amigos empresarios, a mamá y los motoqueros, y a Carlitos que salió bajo libertad condicional. Pero lejos de contratar a un Party planner quiso ser más casual y se inclinó por contratar a las chicas especialistas en globología de Fiesta Fácil (Utilisima), que llenaron la casa de globos con forma de perro salchicha o de margarita. Además, hizo sacar la gran araña del salón y en su lugar colgó una megapiñata repleta de papel picado. Esa noche tuvieron que internar a Ricky porque sufrió una parálisis facial y la relación de la mujer bonita se convirtió en una pesadilla. A partir de ese momento el la empezó a llamar “Gorda Grasa” y le hizo saber que su vulgaridad ya no le parecía pintoresca. También se presentó alcoholizado en los actos escolares gritando que su mujer era una ordinaria. Finalmente Julia escapó con el profesor de gimnasia del jardín de infantes, adonde concurría su hija.
Otra trama que intentan ocultar con las nuevas películas naive de la tierna Tinkerbell, es la biografía no autorizada de “Campanita, la despechada”. Todos sabemos que campanita siempre amo a Peter Pan, ese pelotudón que nunca creció y que finalmente la dejó por Wendy, después que ella le dedicó sus mejores años de juventud y todo su polvo de hadas. Así fue como la pequeña hadita pasó noches en vela debajo de la lluvia viendo como él llegaba a su hogar feliz con una flamante esposa que lo esperaba con una comida humeante. Ya cansada de ser la espectadora de la dicha ajena, una noche tomó una drástica decisión. Visitó a garfio en el geriátrico y le robó su viejo gancho mientras dormía la siesta. Una noche, con el arma en mano esperó a Peter en la parte trasera del auto y se la enterró en la yugular, la carótida, siiii en el cuello. Después lo guisó y se los dio como manjar a los niños perdidos, que nunca se enteraron que la bola de lomo era el amigo Pan. ¡Ya estaba harta de escucharlos hablar de las virtudes de Pedrito! Después de algunos años en la cárcel, salió libre porque finalmente inculparon a Garfio, que murió con demencia senil antes de ser detenido. Finalmente, Campanita emigró a la Argentina y se la suele ver dando paseos con la Libanesa en la zona de La Paternal. La productora Polka ya compró los derechos de esta historia aunque la corporación Disney frenó la salida del capítulo de mujeres asesinas, con grandes sumas de dinero.
Sería bueno que traten de hacer el ejercicio de imaginar como siguió la historia en cada película almibarada que las hizo sentir una loser. Seguramente, para muchas sería mejor quedarse con la imagen y la hermosa historia que alguna vez vimos en la pantalla grande. Gracias a la magia del cine todas ellas tuvieron “ESE” momento feliz, romántico y azucarado. Si uno revisara el guión de su vida tendría muchos momentos de película romántica que podrían quedar plasmados en un guión cinematográfico para siempre; y a pesar de que están presentas en la historia de todas, a veces se traspapelan entre otros momentos tristes, monótonos, rutinarios o dificultosos, o simplemente no somos capaces de reconocerlos.

28/7/10

Contigo Aprendí...el Lenguaje Conyugal


Si ya te recibiste de Señora y tienes marido full time, hay ciertas frases y términos que pertenecen al binomio Marido –Esposa del cual formas parte. Estas expresiones integran el lenguaje conyugal y aunque parecen una cosa, siempre encierran otro mensaje. Eso si, debes llevar cierto tiempo de convivencia para poder reconocerlas. Acá les dejo un par de ejemplos, sobre todo para las más novatas.

Cuando le pedís a tu queridito que saque la basura y enterrado en el sofá te contesta: “Bueeeno…” Esa sola palabrita esconde el siguiente mensaje: ANDA VOS, yo de este sillón no me muevo ¿ahora se te ocurre pedirme eso?

Cuando vuelves de la peluquería con el pelo corto que te agrega 189 años, el dice: “¿por qué tan corto?” En realidad lo que quiere es que sepas que será mejor que salgas a comprar un sombrerito porque te queda lastimoso.

Cuando manda a los chicos a dormir a la 11 de la noche y se pone a refunfuñar porque no dejas de ver la TV y murmura: “estoy muerto”. Nunca creas esa frase después se desvela, así de repente, y ya te tiene en la ca-mi- ta.Vos me entendes, así que a disfrutarla fiesta, pepepepepepepe .

Cuando dice: “ya vuelvo” sin dar muchas explicaciones. Prepárate para que regrese con una bolsa de Garbarino en mano, porque se compró alguna pelotudez electrónica.

Cuando se ocupa del presupuesto del mes y pregunta: ¿cómo vienen los gastos? Hazte la idea de que ya arregló con el mecánico para dejar el auto. Siiiiiii, de nuevo…cada ruidito nuevo, una consulta nueva.

Cuando dice: “tenemos que hacer dieta ¿por qué no salimos a correr?” En realidad quiere que te enteres que estás hecha una chancha, parecida al oso Lotso.

Cuando te pregunta: “¿esa remera no te queda muy corta?” lo que intenta es avisarte que te queda para la mierda. Lo peor de todo es que “SIEMPRE” lo hace cuando ya estas a una hora de tu casa. Y si… te cagó la salida.

Cuando putea, martilla y dice: “noooooo con esto no puedo”, hazte a la idea de que hasta que se decida por ir a la ferretería, va pasar más o menos un mes. Así que deja la puerta del baño abierta durante ese lapso y compra una cortinita por si vienen visitas…

Cuando en el centro comercial te dice: “Dale, en la semana venimos y lo compramos”, significa: ¿en serio vas a gastar esa guita en un almohadón? Ni en pedo…

Mientras el maneja y vos le taladras la calota con el itinerario y el te pregunta "¿Podes parar?" En realidad lo que le gustaría es gritar: "callate de una vez, ahora se te da por hacerte el GPS, cada día mas igualita a tu madre con ESA incontinencia verbal"

Si es fuerte... pero como verán todavía conserva cierta sutileza, me pregunto como será después de 30 años de matrimonio. Y a todas las esposas les pido que dejen sus frases y términos, así podremos elaborar el diccionario/glosario del esposo ilustrado. Podría aportar una serie de tips interesantes para las que recién se inician. Y siempre atentas, ya que cada expresión se correlaciona con cierto lenguaje corporal, con un gesto, con una mirada, así podrán darse cuenta rápidamente de que se trata. Y no es tan difícil, peor debe ser estar en el lugar de ellos, tratando de interpretar que corno queremos, no les parece? Imposible armar un diccionario de esposa ilustrada, no te alcanzaría la vida. Y si… así somos.

SEÑORA


No puedo entender cuál fue el evento que lo precipitó, pero lo cierto es que me convertí en señora antes de pasar por el registro civil.
Todos sabemos que existen mujeres que parecen ancianas por su apariencia anticuada, incluso desde niñas, pero este no fue mi caso ya que durante gran parte de mi vida tuve que hacer esfuerzos para aparentar la edad que tenía. A los 23 años en un lugar de la costa atlántica una señora evitaba hablar de sexo, ya que suponía que yo era la amiguita de los hermanitos de mi amiga que en esa época tendrían unos 13 años. A los 24 años cuando comencé a ejercer mi profesión, nadie lo creía, los pacientes observaban con desconfianza todos mis movimientos, hasta que algún padre se atrevía a deslizar la siguiente pregunta: "disculpe ¿usted es médica o practicante? (Mientras retiraban a sus hijos de la camilla). Con este panorama, seguí circulando por este planeta, sin dar cuenta que mi fisonomía iba cambiando y seguramente se modificaba junto con mi vida. Sin embargo había algo en mí, quizás por inercia, que me llevaba a seguir imaginando que era el retrato vivo de Dorian Gray. Y bueno, uno puede permanecer dormido durante un largo tiempo, especialmente cuando ejerce la vocación de hacerse el tonto sin ningún esfuerzo. Pero el golpe llega, sin piedad y sin anestesia para despertar algunas neuronas. Y así fue como me sentí el primer día que me llamaron señora. Mi mente, espíritu y mi corazón tuvieron que aceptar ese rótulo antes de ostentar la libretita roja o de portar una alianza en mi dedo anular. Quizás algunas lectoras coincidirán conmigo, pero habitualmente el lugar donde se recibe el primer palo es en algún centro comercial. No sé si será consecuencia de que la adolescencia se prolonga durante muchos años o que reconocer la adultez es toda una movida, pero la brújula interna falla y uno se mete desorientado en una casa de ropa que pinta un look adolescente. Y si... de esta manera le deja el camino abierto a la decepción y así lo cuenta mi experiencia y el mal trago que sufrí cuando la una señorita vendedora, de unos 18 años, articuló la frase: "Buenas tardes, SEÑORA ¿necesita algo?", dejándome patitiesa y con ganas de responder: "si querida, tu edad". Pero cuesta entrar en la cuenta y uno se vuelve a olvidar, hasta que un nuevo acontecimiento nos recuerda nuevamente que ya no se es digno de un tuteo.
Mi experiencia más traumática tuvo lugar un día de carnaval. Durante años en el mes de febrero, al circular por las calles de mi barrio, tuve que darle rienda suelta a mi ingenio para esquivar a los vecinitos latosos que me perseguían con las bombitas de agua. Pero un verano mientras caminaba para realizar un trámite, un grupo de purretes inició una persecución a mis espaldas con la idea de dejarme empapada. Yo aceleré el paso para alejarlos, hasta que el cabecilla de los vándalos se cruzó delante de mí teniendo que enfrentar mi cara de espanto. Allí fue cuando mis oídos tuvieron que ser testigos de la siguiente revelación: "uuuuuuuh SEÑORA, disculpe". Por supuesto ese comentario desalentó al resto de la banda y rápidamente nos sentimos todos decepcionados, los niños porque su plan se frustró y yo por entrar en la cuenta de que mi eterna juventud me había abandonado. Esta anécdota dio lugar a una de las frases que suelo repetir con frecuencia: "me di cuenta que había envejecido, cuando los niños del barrio me dejaron de arrojar bombitas en carnaval”.
Ya no me arrepiento de sumar años y no puedo disimular la edad que tengo. Ahora soy señora con alianza, libreta y todo el cotillón. Todo esto sumado a todos los cascotazos recibidos que no me dejan ocultar los años que pasaron y que me convirtieron en una señora para propaganda de sopas. Sin embargo, nunca logré que aquella chiquita me deje y de vez en cuando la dejo salir a dar vueltas por ahí.

21/4/10

HOMBRES DESCARTABLES

Cuando las mujeres nos sentimos desesperadamente solas o notamos que se recalentó el radiador, posamos la mirada en algún espécimen del sexo masculino, que habitualmente no es el adecuado. Y aunque el supremo nos dotó de un sexto sentido infalible, nosotras nos empeñamos en hacer oídos sordos a esa alarma interna que no para de repetir DANGER DANGER DANGER. Así, una vez que paramos la alarma de un zapatazo, empezamos a maquillar a ese hombrecito insignificante y a proyectar en él todas las virtudes del hombre ideal. Este es el momento en que comienza el autoengaño. Ejemplo 1: si mientras camina el muchacho retira del paso a un niñito, nuestra loca cabecita empieza a imaginar que sería un padre tierno por lo cuidadoso que es con los niños. Ejemplo 2: si te cede su entrada para el recital de U2 (solamente porque contrajo la gripe A y porque sus amigos ya la tienen) podes llegar a pensar que ese jovencito dejaría todo por vos (aunque al final te la cobra). Ejemplo 3: si el termostato interno se nos fundió a causa del sobrecalentamiento, seguramente el espécimen pasa a ser el mejor de los amantes.

A continuación les dejó una lista de los hombres que se deben freezar antes de sucumbir en sus brazos o de los que hay que escapar rápidamente una vez que nos atraparon:

El que se rie de todo y que relaciona cada situación con un chiste. Es el que nunca llegas a conocer porque se esconde detrás de ese payaso improvisado. Ese que se rie mientras llorás, o te destroza el momento más sublime de la película "Precious" contando un chiste de gordas.

El misógino(ese que desprecia a las mujeres bajo la falsa fachada del machista). El que siempre prioriza la salida con los amigos varones y te planta. SIIIIIIII, no te engañes…que el día que se vuelve open mind declara que es gay.

El que tiene modos suaves, que te hicieron pensar que esto se debía a la influencia femenina de la familia. A este adoptalo de amigo, que el día que estés deprimida te va a preparar el té con muffins, limar las uñas o directamente te lleva a bailar a América.

El que compite en todo. Todo lo quiere hacer mejor que vos, incluso aquellas cosas que pertenecen al universo femenino. Mmmmmmmmmmmmhhhhhhhhhhhhhh dudoso.

El que la única palabra que sabe articular es YO y nunca te deja meter un bocadillo. Seguro que el día que tiene una buena performance (aunque habla más de lo que hace)no te deja dormir durante toda la noche preguntando como estuvo.

El que después de la primera cita tarda quince días en llamar. Olvídalo, no le calentás un pomo y deja el último vasito de agua para vos.

El mamero, hijo único de madre manipuladora.

El que suda mucho como canelón recalentado (salvo que a la hora de revolear la bombacha te guste jugar al tobogán acuático).

El que tiene las uñas sucias.

El que mientras maneja, en forma espaciada emite sonidos guturales (como si sofocara un pollo atorado), o resopla por la nariz, o gruñe como puerco cuando ríe. Siiiiiiiiiiiiiiiiii, rajá, imaginátelo en la intimidad.

El que tiene cejas tupidas como el muñeco ALF y de cada lado se le para UN pelo y no se lo corta, como tampoco lo hace con los pelos de la nariz y las orejas.

El salivoso que te invita a cenar y mientras come se le forma un lago de baba por delante de los incisivos inferiores, donde flotan restos de comida licuados.

El que te invita al cine de trasnoche, se duerme en medio de la película con la boca abierta y exhala un aliento hediondo. Volve a pata de Martinez a Balvanera, que ni se te ocurra despertarlo cuando termina la película, así lo dejan encerrado en el cine!!!!!

El meloso que te halaga todo el tiempo en susurros y que te hace transpirar la oreja todo el día.

El tipo mayor de 35, que hizo 80 masters y dejo inconclusas 40 carreras, que vive con los padres y todavía no decidió su vocación, mmmmmhhhhhhhh seguro que más que una mujer busca una madre que lo aliente en todos sus emprendimientos ¡¡¡¡¡qué talentoso el nene!!!!!!

El casado histérico y chichonero, que cuando lo llama la mujer se va a atender el celular afuera de la oficina; siiiiiiii, ese que cuando le tirás un centro sale corriendo asustado.

El que siempre se atrasa o te planta con la excusa de que alguno de los padres esta enfermo. Decime qué tipo se encarga de la salud de los viejos, si para eso tiene hermanas mujeres. Salvo que sea médico o hijo único. Seguramente esta con otra o nunca se divorció.

Bueno lindas, como verán los hombres potables no abundan pero hay que ser constante voluntariosa, lúcida, despierta y descarnada. SEMPRE ATTENTA, SEMPRE VIVA. Y a ustedes muchachos les dejo esto para que descarten la idea de que a las mujeres no hay poron__ que nos venga bien… y que se den cuenta que a veces nos sobran motivos.

19/4/10

Parole, Parole, Parole

El otro día mientras arreglaba unos estantes encontré los diarios que escribía cuando tenía 10 años y no pude parar de reír. Mientras leía encontré palabras como quetejedi, macanuda, y lo que es peor, macanudísima. Ahí me di cuenta que mi forma de hablar era muy parecida a la de mi madre. Después me puse a pensar e intente recordar algunas frases o palabras que se perdieron con el tiempo.

Hay palabras que se usan poco, pero a mi me encantan y a veces las incorporo por la forma en que resuenan, porque son peyorativas, contundentes y tienen efecto catártico. Me encanta decir boncha, paparulo, poligrillo, pelagatos, chirusa, piruja, pardo, mersa….Dos que me matan pero que no me atrevo a usar son chupitegui y chitrulo. También hay términos bastante pintorescos que fueron reemplazados por la palabra “Nabo”, por ejemplo: pánfilo, papanatas, papafrita o papamoscas. Sin embargo, todavía es impresionante la cantidad de palabras del lunfardo que empleamos cotidianamente, aunque no lo advertimos (cana, yuta, buchón, afano, bagayo, bagre).

Hay frases y palabras delatoras, que denotan la edad y que mejor morderse la lengua antes de pasar por dinosaurio o pieza de museo. Expongo algunos ejemplos de las frases que nos dejan re out, totalmente fuera de juego (¿las recuerdan o alguno las usa?):

Esa se hace la mosquita muerta, pero en realidad es una ligerita de cascos…”

“jajajajajajajajajajajaja. Que plaaaato…”

“Que no se te ocurra llamar a ese electricista, es un chapucero y hace todo a la bartola…”

“Pero mirá que pinta elquetejedi, ahora empilchas como bacán…mira los vaqueros y el gamulán…seguro que te costaron un ojo de la cara…”

“A mover el esqueleto, a ver si le sacamos viruta al piso…fiesta, que fantástica, fantastica esta fiesta…”

“Viste Carlitos no pasó de grado, es que ese pibe es medio durazno y un poco tarambana…”

“¡Pero por qué no te hacés tratar!... vos siempre con la persecuta…”

“Estos chicos me tienen como bola sin manija… EEEEEEEHHHHHHHH dejen de romper los quinotos…peeeeero ¡qué batifondo! a ver si se dejan de hacer tanto bochinche… pero miren el despiporre que armaron….sigan así que se van a pegar un mamporro…AAAAAHHHHHHH y ahora encima les agarra la chinche…”

“A la perinola…viste yo te lo advertí, al final te salió el tiro por la culata…”

“Me parece que el tío de María usa peluquín…”

“¿Viste como se la mandó a guardar?…”

"Me parece que tu amiga tiene un filito…”

“Cheeee, deja algo para el resto de los muchachos, pareces un gordo bachicha…”

“Pero no seas maricón, al final vas a terminar como ese invertido”…

“Si es un codito de oro, no come huevo para no tirar la cáscara”…

“Dios Santo… ¿En serio la dejó encinta? Pero, ¡qué degenerado! Te dije que no era trigo limpio”
“Acomodate la pollera que te quedó chingada”

“Pero pedazo de pelandrún, lo volviste a tirar ¿qué te pasa estás enclenque? "

"Nos perdimos en el camino y llegar a destino nos costó un perú."

Hace cuarenta o treinta años se recurría a términos y expresiones para cuidar las formas. Así, se decía ¡la pucha! o la punta del obelisco. También se usaba caramba o ¡que macana!
Al hablar de los pormenores del mundo femenino se podían escuchar cosas como estas: “Olga esta de compras” (¿???????????????) o “Parece que al final le vino el asunto, menos maaaaaallllll, porque se la pasa rascando en la vereda con el pibe de al lado”. En aquellos tiempos a nadie se le ocurría corear pete pete pete pete, como mucho deslizaban por lo bajo: “le hizo la felattio” y nada más.
En fin, parole parole parole que vienen y se van, son aquellas que pronunciamos cuando éramos niños o que hacen referencia a nuestro lugar de origen. Son las mismas palabras de las que renegamos en algún momento para diferenciarnos de nuestros padres; simplemente “ESAS” que tanto extrañamos.

18/4/10

Mi Hija, los Anteojos y la Mujer Maravilla



A mi hija le recetaron anteojos. Ayer camino a la óptica se mostró un poco preocupada acerca de su aspecto y preguntó si iba a parecer ñoña (son los términos que incorpora gracias a los Simpson); con aires de superada le contesté que no; que su papá y yo usamos anteojos en la infancia y a nadie se le ocurrió tildarnos de ñoños….ejem. Una vez en la óptica descubrí y agradecí la manera en que las cosas cambiaron. Los formatos de los anteojos son diiiiiiiiviiiiiinos, ultralivianos, coloridos y cancheros. Mi hija salió del lugar muy contenta y mientras mi marido le advertía que los iba a tener que cuidar, yo al igual que muchacho del efecto mariposa me transporte a la época de la infancia en la que veía al mundo a través de mis gafas. Y me quedé callada impregnada por la nostalgia.
Mi historia con los anteojos comenzó a los 5 años, cuando mi mamá se dio cuenta que tenía la mirada de Demian (el pibito de la Profecía) pero como era una señora lúcida no me llevó a ver al cura y me llevó al oculista. Allí el médico nos comunicó que tenía que usar anteojos. Mi madre, como siempre, averiguó cual era el mejor lugar para hacerlos y me llevó a Lutz Ferrando. Aunque en esa época no importaba si ibas a LUTZ FERRANDO o a la óptica LUCIO FERNANDO a la vuelta de tu casa, ya que todos los marcos de anteojos eran gruesos, un poco grotescos, oscuros y pesados (te marcaban la nariz). Para colmo de males no se había inventado el tratamiento antirreflex, así que los cristales tenían un color verdoso o amarronado. Imposible no parecer Victor Sueiro...y después llorabas porque en la escuela te cargaban, pero era lo mínimo que te podía pasar.
Esto llevó a que durante los primeros años de colegio fuera bastante retraída y callada, escondida detrás de las gafas. Cuando me pedían que me los saque moría de vergüenza.
Sin embargo, todo cambió el día que ELLA llegó a la pantalla chica. La mujer maravilla fue un flash en mi retina y lo que consideraba una desgracia se convirtió en una bendición. Me sentí privilegiada por ser la versión mini y Argentina de la superheroína. Es que yo tenía todo para serlo, el pelo largo y castaño, los ojos verdes y las gafas de Diana Prince. Me faltaban la cintura de avispa y las piernas largas, pero a esa edad no me importaba. Cuando aparecía yo quedaba boquiabierta pegada a la pantalla, viendo como mi ídola peleaba con los nazis. Parecía pequeña señorita Sunshine mirando los concursos de belleza.
Después del show levantaba los anteojos en el aire, soltaba la cola de caballo y giraba giraba hasta que me caía por el mareo. Pero un día mi hermana mayor me pinchó la burbuja. Los hermanos mayores siempre te pinchan la burbuja, con papá noel, los reyes; y encima en la adolescencia te piden que te avives. Pero retomando el tema, una tarde mi hermana haciendo gala de su habilidad manual se armó el traje de wonder woman. Le robó a mi madre el rollo de papel aluminio, lo pegó sobre cartón, y de esta manera confeccionó las muñequeras, la vincha y el corset, no eran dorados pero al menos brillaban. También lleno de estrellas un bombachón de gimnasia y finalmente se calzó el traje. No les puedo explicar la frustración que sentí, porque así vestida me obligó a que fuera la sosa de Jamie Sommers, más conocida como la mujer biónica ¡pero si la rubia era ella y YO era la elegida! Así durante toda la tarde me atrapó en su lazo de la verdad. Esa fue la única vez que jugué con ella a las superheroínas. Pero decidí esperar, con el deseo oculto de que algún día se aburriría; y una fan sabe esperar y en la espera mantiene viva la pasión. Y así fue, un día ella se cansó del personaje. Aprovechando que no estaba, mi mamá me alentó a que me ponga el disfraz ¡¡¡¡¡¡¡¡¡No les puedo explicar la emoción!!!!!!!!!! Pasé toda la tarde acomodándome las muñequeras, atajando balas y revoleando una soga raquítica pintada de plateado, hasta quedar agotada, hecha un desastre, despeinada y sin la vincha.
Esta es una breve reseña de como la super heroína cambió mi vida de cuatrochi para siempre. No hubo un día que no me sintiera el retrato vivo de Diana Prince con mis gafas camino a la escuela. Nunca más me molestó usar anteojos y siempre le estaré agradecida al mítico personaje interpretado por Linda.